Crema quemada (crème brûlée) a la vainilla y cardamomo

Crema quemada (crème brûlée) a la vainilla y cardamomo

Crema quemada, o crème brûlée en francés es un postre similar a la crema catalana, pero no idéntico. En todas las recetas tradicionales que he consultado (muchas, ya sabéis que colecciono libros de cocina) la crema catalana o crema de San José se hace con leche y yemas y se cuaja al fuego como unas natillas. Una vez fría, se espolvorea con azúcar y se quema la superficie con una plancha de hierro. Recuerdo que mi madre se hizo con una de esas planchas hace años. La crema catalana se aromatiza con canela o con canela y limón. Como los orígenes de platos tan difundidos no suelen estar claros, no se sabe si el origen de esta crema es catalán o francés o incluso inglés, pues en Inglaterra es también un postre muy popular.
No obstante, la versión catalana difiere de la francesa o la inglesa en que estas se hacen con nata y no con leche, se aromatizan con vainilla y se cuajan en el horno, caramelizándose la superficie después con el gratinador o desde que tenemos sopletes en las cocinas, con el soplete.

La que hoy os propongo es una crema quemada o crème brûlée tradicional, salvo por el aditamento del cardamomo. El cardamomo es una especia con un olor delicioso que va de maravilla en este tipo de postres, dándoles un aroma especial. Pero si os apetece quedaros con la versión clásica, utilizad solamente vainilla y ya está.

La receta

Dificultad: fácil | 2 horas [activo: 25 minutos]

Ingredientes

[seis personas] 500 ml de nata espesa • 8 y

emas de huevo • 60 g de azúcar • 1 pizca de sal • 1 ct de cardamomo en vainas • 1 vaina de vainilla • 60 g de azúcar para caramelizar

[una persona] 65 ml de nata espesa • 1 yema de huevo • 10 g de azúcar • 1 pizca de sal • 1 vaina de cardamomo • 1 trocito de vaina de vainilla • 10 g de azúcar para caramelizar

Elaboración de la crema quemada (crème brûlée) a la vainilla y cardamomo

Crema quemada (crème brûlée) a la vainilla y cardamomo

  1. Calentar la nata con el cardamomo y la vaina de vainilla (cortarla a lo largo y rascar las semillas para que se difunda mejor su aroma). Cuando esté a punto de hervir, retirar del el fuego. Dejar en infusión 1 hora con el cazo tapado.
  2. Batir las yemas con el azúcar y la sal hasta que blanqueen. Retirar las vainas de vainilla y el cardamomo de la nata con una espumadera, de forma que los puntitos negros de la vainilla se quedan en la nata. Añadir la nata a la mezcla de yemas y remover un rato para que desaparezca la espuma. Repartir la preparación en moldes individuales que puedan ir al horno.
  3. Colocar los moldes en una bandeja de horno, taparlos con papel de aluminio y llenar la bandeja con agua caliente hasta que llegue más o menos a la mitad de la altura de los moldes.Introducir la bandeja en el horno precalentado a 170ºC durante 45 minutos (o más dependiendo de lo gruesos que sean los moldes, la temperatura del agua).
  4. Sacar los moldes del horno cuando la crema esté cuajada y dejar que se enfríen.
  5. Espolvorear la superficie de cada crema con azúcar y calentarla con el soplete hasta que se convierta en caramelo.
  6. Enfriar en la nevera 2 horas antes de servir.

Notas

A veces las cremas tardan un poco en cuajar, depende de la temperatura inicial de la mezcla, del horno, del grosor del molde, pero no os preocupéis. Lo que nunca se debe hacer con este tipo de postres es subir el horno (yo tengo una vitrocerámica con mandos de horno), porque si se calientan demasiado rápido se cortan. A fuego suave solo se trata de esperar y llega un momento en que cuajan quedando perfectamente cremosas.

Hay quien prefiere tomar estos postres a temperatura ambiente, y puede que eso sea realmente lo correcto. A mí me gusta fresquita de la nevera, pero vosotros mismos.

[1 ct = 1 cucharadita = 5 ml • 1 cs = 1 cucharada = 15 ml • 1 taza = 250 ml • Temperaturas siempre en ºC • calcular cantidades]

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