Crema de guisantes y calabacín

Esta crema de guisantes y calabacín se puede comer caliente o fría. Es buenísima por sí sola, tiene un sabor y un color que no necesitan nada más. Pero también le va una guarnición con fuerza, como la picada de ajo, perejil, parmesano y limón y el toque picante y avinagrado de la salsa Worcester. Yo la prefiero fría y a secas, pero como cada día tiene su aquel, es bueno mostrar todas sus posibilidades.

Crema de guisantes y calabacín

La temporada de guisantes da que pensar. Los compro todas las semanas, sabiendo que pronto se agotan, empiezan a salir muy gordos y harinosos y entonces hay que despedirse hasta el año que viene. El bolsón de guisantes que me llega todas las semanas del mercado me sirve para caer por voluntad propia en una especie de error hortelano. Como si consumiera aquello que la huerta da, tal y como lo da, cuando lo da, y todo cuanto da (nunca se tira nada). Si salen gordos, se hacen cremas, si no, si son diminutos y tiernos, muchos no llegan ni a la sartén.

Si os salen guisantes gordos y recios con un pellejo ya un poco duro, toca solución clásica. Una crema que se suaviza con calabacín: más humedad y menos harina, pero el sabor primaveral del guisante en primer plano. Verduras cocidas lo justo, después, a sucumbir juntas bajo la batidora más potente disponible. La crema resultante ha de ser tamizada, colada o pasada por el chino sin falta: debe quedar aterciopelada, sin posibilidad de encuentros inesperados ni siquiera en su más mínima expresión. Unas horas en la nevera, bien tapada, la dejarán deliciosamente helada.

Ya solo queda probarla y sazonarla con sal y pimienta recién molida. No es necesario, pero se puede rizar el rizo mezclándola con unas cucharadas de crema fresca antes de servir. También puede adornarse con un elegante chorrito de aceite de oliva virgen extra y unas gotas de salsa Worcester estratégicamente situadas en su superficie. Y para los firmes partidarios de guarniciones contundentes: una cucharadita de café de ajo, perejil, corteza de limón y parmesano, molidos y aglutinados con unas gotas de aceite, puede formar un montoncito de lo más apetecible en el centro del plato.

Dificultad: Fácil | 40 minutos [activo: 25 minutos]

Ingredientes

[6-8 personas] 1 kg de calabacines • 1 kg de guisantes frescos con vaina • sal • pimienta negra molida • 2 cs de aceite de oliva virgen extra • 100 ml de crema fresca • 1 tira de corteza de limón (solo lo amarillo) • 1 diente de ajo • 2 ramas de perejil • 1 cs de parmesano rallado • unas gotas de salsa Worcester

Elaboración de la crema de guisantes y calabacín

  1. Desgranar los guisantes y cocerlos en abundante agua hirviendo con sal de 1 a 5 minutos (según tamaño). Escurrirlos y refrescarlos con agua fría.
  2. Pelar los calabacines y cortarlos en rodajas finas. Ponerlos en una olla y añadir agua justo hasta cubrir. Añadir sal y 1 cs de aceite. Llevar a ebullición y cocerlos 10-15 minutos.
  3. Triturar los calabacines junto con los guisantes y el agua de cocción de los calabacines hasta que quede una crema muy fina. Colar o pasar por el chino.
  4. Picar en la picadora el ajo pelado, la corteza de limón y las hojas del perejil. Añadir 1 cs de aceite y el parmesano. Mezclar bien hasta formar una pasta.
  5. Justo antes de servir, añadir la crema fresca. Si es en caliente, añadir la crema ya fuera del fuego. Si la vais ar fría, añadir simplemente la crema y servirla recién sacada de la nevera. Poner en cada plato 1/2 ct de pasta de ajo, un chorrito de aceite de oliva suave y unas gotas de salsa Worcester.

Notas

Para una persona: divide todas las cantidades entre seis. Los tiempos son los mismos.

Dos cosas fundamentales para esta receta: una, la cocción muy breve de los guisantes. Casi crudos le proporcionarán a la crema un precioso color y un fresco sabor. Demasiado cocidos se pondrán más marrones y el sabor cambia totalmente (para mal). La otra: nada de pereza, hay que colarla. Cuestión de textura, ya sabéis. Cuando te encuentras “cosas”, te olvidas del sabor. No importa lo bueno que sea.

Para esta crema aprovecho los guisantes más gordos y dejo los finitos para salteados como este. Aquí tenéis todo lo habido y por haber para haceros expertos en guisantes.

[1 ct = 1 cucharadita = 5 ml • 1 cs = 1 cucharada = 15 ml • 1 taza = 250 ml • Temperaturas siempre en ºC • calcular cantidades]

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