cómo hacer que tus comidas digan “patata”

set foto

Con este post intento una vez más compartir lo que voy aprendiendo de fotografía gastronómica. Por más que busco en google, no encuentro nada en español que nos ayude a los que estamos interesados en el tema, así que asumo la ingrata tarea, a la espera de que alguien con más conocimientos que yo se anime a colaborar.


Esta vez me voy a centrar en la presentación y decoración de los platos y sus “alrededores”, para que nos salgan unas fotos la mar de apetitosas.


Cualquiera que sea el efecto que quieras conseguir en tus fotos gastronómicas, no hay más remedio que preocuparse un poco de la presentación y de los “decorados”. No hace falta nada lujoso ni caro. Sólo pensar un poco en los colores, estilo y textura para que sean adecuados a la idea que queremos dar del plato. Y si no tenemos ninguna idea que transmitir, muy bien, con que queden bonitos vale. Pero piensa que un pequeño detalle puede cambiar una foto aburrida y corriente y convertirla en una foto interesante que diga algo (“cómeme”, por ejemplo).


Fondos


Los fondos hay que cuidarlos aunque pienses dejarlos desenfocados. Retira todo aquello que no quieres que salga y haz zoom para que el plato sea el protagonista de la foto. Todos hemos visto en muchos blogs la típica foto de “lo que he comido hoy”, sobre el mostrador de la cocina con alguna miga y alguna que otra gota de tomate. Pues bien, os lo digo claramente: eso no.


Platos y otros cacharros


Cuando te canses de hacer fotos a los que tienes en casa, hay muchos recursos bastante “apañados”: desde el “todo a 100” a tiendas como Ikea o Casa. Como no hace falta una vajilla completa, no hay que gastarse mucho. De todas formas, antes de irte de compras, registra los armarios y, si es necesario, el trastero. Aquellas horribles copas que te regalaron y que en realidad ya ni te acuerdas de cómo son. A lo mejor en una foto no son tan feas, según para qué tipo de comida pueden tener su utilidad.
Y si no tienes –o no quieres comprar– muchos platos o cacharritos, lo mejor es que optes por platos y recipientes blancos.


A la hora de elegirlos, ten en cuenta que es más fácil fotografiar platos pequeños. Una gran fuente te dará más trabajo tanto para presentarla como para lograr un enfoque interesante a la hora de tirar la foto. Además los cacharritos pequeños son más baratos.


Telas


Aparte de cierto número de diferentes servilletas, mantelitos etc., que encontrarás en las rebajas y que guardarás cuidadosamente sólo para las fotos (no puedes usar las normales: esa manchita que no se terminó de quitar bien resplandecerá en la foto como una llama), puedes ir a tiendas de telas y comprar un metro aquí y otro allá de telas que te gusten. Los bordes no tienen por qué verse.


Vintage


Una opción muy buena para decoraciones interesantes y divertidas son las piezas “vintage”. No, no es necesario irse de anticuarios, aunque también es posible. Simplemente visita a la familia. Algunas abuelas o ancianas tías pueden tener bastantes telas viejas, pero interesantes: trozos sobrantes de lo que sea, cortinas, colchas que ya no sirven, retales. No todas las abuelas ni las tías son así, pero a lo mejor tienes suerte y las tuyas sí. (Y si encima hacen bizcochos y mermelada, ya no veas, vaya abuelitas de cuento.). No es raro que abuelas tan encantadoras tengan además ciertos cacharritos desparejados de los que están deseando deshacerse, pero les da no se qué. Tú les darás la oportunidad de librarse de ellos sin que salgan de la familia y sin el remordimiento que conllevaría salir de noche a tirar al container las copas o la tetera “de mamá”.


Otros materiales


Cartulinas, papeles, madera, piedra, hojas. En las fotos profesionales se sirven de todo tipo de materiales como base de la comida o como fondo. Una tabla de madera la hay en cualquier casa y te será muy útil. Te conviene tener una nueva que uses sólo para las fotos, aunque a veces las que tienen muchas marcas de cuchillo hacen un efecto precioso según para qué.
El papel cebolla, papeles de seda de distintos colores, cartulinas, pueden servir de fondo, de envoltorio o de base. Hay también fotos muy bonitas con fondos de papel decorado, pero cuidado con los dibujos muy grandes de fondo: son difíciles de encajar cuando se está empezando.
Con la ayuda de estos materiales, os será más fácil conseguir un fondo bonito y que sea el más adecuado al plato en estilo, color y textura.


Eligir un recipiente


No tiene que ser siempre un plato, te puedes permitir algo innovador, ya que no necesariamente vas a comerte la receta en él ni a presentarla así en la mesa. Hay que cuidar, eso sí que el color combine bien con el alimento que se va a fotografiar y no llegar a extremos de mal gusto o ridículos. Las originalidades son válidas en mi opinión siempre que sirvan para mejorar algo: resaltar las cualidades del alimento, presentarlo de forma más estética, dar una idea de presentación, etc., si no ¿para qué? Lo principal, no lo olvidemos, es que la comida salga apetecible en la foto.


Colocar la comida en el plato


La comida ha de estar en su punto, recién hecha o con el reposo necesario para que tenga un aspecto bueno y comestible. Los vegetales serán frescos y recién cortados. Ningún photoshop va a hacer que una comida mala parezca apetitosa. Podrás arreglar alguna cosa, pero perderás “feeling” y eso cuando estamos hablándole al olfato y al gusto –más que a la vista–, es importante. Aunque hay bastantes trucos horribles que ya os contaré en otra ocasión, con la verdad pura y simple se consiguen mejores fotos. Al menos eso es lo que yo pienso.


Cuando la receta lo permita, intentad cortar los alimentos en formas regulares y colocadlas con estilo. La limpieza es fundamental: lo mejor es, cuando se pueda, colocar la comida con los dedos como hacen los profesionales. Nosotros, como no tenemos las manos de amianto como ellos, y tampoco nos apetece mancharnos y dejar luego la cámara hecha un asco, podemos utilizar unos guantes de látex o unas pinzas. Si se trata de platos que hay que servir con cuchara, que sean cucharas pequeñas, no cucharones, que a veces desbordan todas las expectativas de presentación que nos habíamos formado. Estos platos de cuchara suelo servirlos con mucho cuidado ya colocados en el sitio donde voy a hacer la foto, para evitar las marcas en el plato que se pueden formar al trasladarlo. En todo caso, es muy bueno tener siempre a mano una caja de kleenex. Nada de gotas ni rastros en el borde del plato. Si no tiene arreglo, sirve otro y ya está.


Adornos


La sencillez creo que es el mejor consejo, pero esto ya es cuestión de gustos. A veces un recipiente sencillo, una comida recién hecha y una bonita luz natural hacen todo. Para qué te vas a liar más. Empiezas a poner adornos y te cargas la foto.
Sin embargo hay muchos pequeños detalles que pueden conseguir un mejor contraste de colores o texturas, o evocar sabores que nos interesan para esa receta en concreto: por ejemplo la clásica hojita de perejil o de cualquier hierba, que por supuesto estará tan fresca y reciente como todo lo que vaya a salir en la foto. Unas hierbas lacias o unos vegetales poco frescos o mal cortados más vale no ponerlos. Otras ideas de adorno pueden ser especias, hierbas secas o semillas: sésamo, canela, pimienta, pimentón.
También servirá cualquier vegetal de un color que combine bien con el del plato y que esté fresco y bien cortado: zanahorias, tomates, cebolleta, aceitunas, rodajas de cítricos, frutas pequeñas o brotes.


Por mi parte ya es bastante. Estoy segura de que los que estáis como yo interesados en el tema de la fotografía gastronómica podéis aportar muchas más ideas. Espero que estas os hayan sido útiles.


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